Observar

Observar el cielo nocturno es una afición para muchos, que a veces llega a la obsesión, pero una obsesión sana, por más raro que parezca. Esta afición se transformó en actividad más que diaria para mí y mis compañeros en las noches de practicar astronomía, como es común a uno le gusta tanto esto que quiere compartirlo y es aquí donde uno comienza sin darse cuenta a convertirse en un "divulgador".

A veces parecemos bichos raros, pero poco a poco contagiamos nuestro entusiasmo a más de uno, prueba de ello es que muchos que han compartido actividades con nosotros ya son compañeros frecuentes en noches de observación

Nuestra motivación nace de contagiar esta afición a la gente, que descubran la astronomía como lo que es, una actividad al alcance de todos, practicar la astronomía no conlleva la necesidad de costosos equipos o de trasnochar todos los días, se puede y se debe ir poco a poco.
Comenzamos en el mismo momento que alzamos la vista al cielo y nos quedamos disfrutando de ese espectáculo, al menos unos momentos y a la siguiente vez repetimos. Y no nos cansamos de verlo y repetir, ese amigos míos es el primer paso, ya estáis pillados.
A partir de aquí nace una potente característica del ser humano, la curiosidad, vuelvo a repetiros ya estáis pillados...

Todos comenzamos preguntándonos ¿cuál será esa estrella que brilla tanto o será un planeta?, ¿donde estará esa estrella, en nuestra galaxia o fuera? o ¿que será eso borroso que veo y no parece una estrella? A partir de aquí, algunos nos hacemos más preguntas, investigamos, recaudamos información tratando de enterarnos ¿de qué va esto de la astronomía? llega el momento de llevar a cabo una noche de observación y disfrutar, contando con alguien que nos guíe en esos primeros pasos y que quede claro es solo el primer paso. Es un camino que no acaba, os lo puedo asegurar la curiosidad nos lleva a seguir observando y plantearnos nuevas preguntas, disfrutando continuamente con cada nueva respuesta.

Es por esto que desde la divulgación emprendemos un viaje junto a quienes se nos unen en una noche de observación, para que descubran el cielo nocturno, aprecien desde la simplicidad de una estrella solitaria y no tan solitaria (las dobles son muy comunes...) hasta la complejidad de una galaxia, pasando por nebulosas y cúmulos estelares. Sin olvidarnos de apreciar nuestro propio sistema solar observando la Luna, los planetas, también las constelaciones, si la suerte lo permite ver alguna estrella fugaz y hasta un cometa.

Así pues ¿qué estáis esperando para dar ese primer paso?

Adrián C.
40º Norte, 34º Sur

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